Francisco Zurbarán

(Fuente de Cantos, Badajoz, 1598 – Madrid, 1664)
Biografía del artista

Inmaculada, h. 1650

Óleo sobre lienzo

Ayuntamiento de Sevilla

Esta pintura es un claro paradigma de la pintura Inmaculista desarrollada en Sevilla, y encuentra un diálogo perfecto con los ejemplos de Montañés y de Herrera el Viejo presentes en el Centro Velázquez. Zurbarán puede ser considerado como Murillo, el pintor de las Inmaculadas, pues las pintó a lo largo de toda su carrera, desde sus primeros años sevillanos hasta sus últimos años madrileños. La obra ingresó en el Ayuntamiento en 1837 procedente del convento del Pópulo, y constituye un excelente ejemplo de la evolución del tema hacia presupuestos más movidos y barrocos en fechas cercanas a 1650. La Virgen, estática y con mirada dirigida al cielo, gravita sobre una media luna y cuatro cabezas de querubines ante una masa luminosa de nubes doradas que resaltan su movida silueta, más alargada respecto a sus versiones anteriores. Esta tipología enlaza con otra pintura similar conservada en el Museo Cerralbo de Madrid, que presenta, no obstante, particularidades iconográficas diferentes.