Juan Martínez Montañés

(Alcalá la Real, Jaén, 1568 – Sevilla, 1649)

Inmaculada, 1623-1624

Escultura en madera policromada

168 x 64 x 49 cm.

Arzobispado de Sevilla

Esta Inmaculada es el precedente inmediato de la Cieguecita de la Catedral de Sevilla, con la que el escultor Martínez Montañés consigue una de las cumbres magistrales en la plasmación de un tipo iconográfico que fue un gran revulsivo en la obra velazqueña, especialmente a partir de su primera versión realizada para el pueblo de El Pedroso, encargada en 1606, que constituye el modelo referencial de la pintura de Velázquez conservada en la National Gallery de Londres.

La escultura procede, junto a su compañera dedicada a san Juan Bautista, de los retablos colaterales de la iglesia del convento de Santa Clara de Sevilla, ejecutados por el maestro a partir de 1622. La Virgen se presenta con las manos unidas en oración, mirada baja, expresión candorosa y ensimismada, y pisando el creciente lunar, sobre cuyo frente emergen dos cabezas de querubines. El tratamiento del manto es técnicamente magistral, con plegados amplios y profundos que difieren ligeramente de la disposición que el artista utilizó con anterioridad.