Bartolomé E. Murillo

(Sevilla, 1617 – Cádiz, 1682)
Biografía del artista

Santa Catalina, h. 1650

Óleo sobre lienzo

77 x 60 cm.

Fundación Fondo de Cultura de Sevilla

Esta obra de Murillo es consecuencia evidente de la obra sevillana del joven Velázquez, y del ambiente naturalista imperante en la ciudad. Además, supone el cierre del discurso en torno al retrato a lo divino que se inicia con la santa Inés y santa Catalina de Pacheco. El lienzo fue robado durante la invasión napoleónica por el Mariscal Soult de la iglesia sevillana de Santa Catalina y llevado a Francia. Tal era su fama e importancia que la obra fue copiada por Delacroix en un lienzo que se conserva en el Museo de Béziers.

En su libro Viaje de España, el tratadista de arte, Antonio Ponz, se refiere a ella en los siguiente términos: “Y por de Murillo es tenida la Santa titular de medio cuerpo en un cuadro de los de esta parroquia”. Por su parte, el cronista González de León, al hablar de la pintura eclesiástica de 1844, se refiere a las pinturas del convento de Santa Catalina, de las que concreta: “Varios cuadros de mérito hubo en este templo, que no ha mucho los ha perdido el descuido o la codicia; una Santa Catalina de medio cuerpo de Murillo”. La obra, rescatada ahora por la Fundación Focus, viene a  reencontrarse con los referentes que alumbraron un momento esplendoroso en la historia de la capital hispalense.