Diego Rodríguez de Silva y Velázquez

Nacido en Sevilla en 1599, discípulo de Pacheco – y de Herrera el Viejo por algunos meses-, es la figura máxima del naturalismo sevillano y después de su marcha a la corte en 1622, sin duda el mayor pintor del Siglo de Oro de la pintura española.

Por atenerse siempre al natural, como dice su maestro, y con influencia indudable de las pinturas que llegaban de Italia, especialmente de Ribera, consigue, en su juventud, dar obras de intensidad naturalista sin igual desde 1617 a 1623.

En Madrid, al servicio de Felipe IV y con dos viajes a Italia, redondea una carrera que le conduce a la cima del arte y del ascenso social que culmina con su título de caballero de Santiago. Murió en Madrid en 1660.