Entrada de Felipe V en Sevilla en 1729

1748

Entre 1729 y 1733 Felipe V se instaló con su corte en Sevilla. Es el llamado «lustro real», que constituye uno de los hitos de la historia de la ciudad durante el siglo XVIII. La llegada del rey se articuló mediante una espléndida «entrada real», que era la fórmula que la tradición había consagrado para este tipo de actos desde hacía varios siglos, y que permitía subrayar la adhesión de la población y sus autoridades para con sus monarcas, y expresar su alegría por tenerlos entre ellos. Una serie de ritos normalizados, como la entrega de las llaves de la ciudad o el juramento de respeto hacia los derechos de sus habitantes, testificaban los compromisos mutuos.