— BOLETÍN DE NOTICIAS —

Septiembre 2010. Número 86

Excavaciones en Lagunillas

Durante los meses de julio y agosto de 2010 se ha llevado a cabo la campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Lagunillas, al sur del cortijo Casa Quemada (Sanlúcar la Mayor, Sevilla) lindando con la planta Solnova 1 de la Plataforma Solúcar. Dirigida por el Dr. Enrique García Vargas, profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, esta excavación supone la primera actividad del Proyecto General de Investigación “Los paisajes del Guadiamar. Reconstrucción histórica y valorización arqueológica”, promovido por la Fundación Focus-Abengoa, como parte de las actividades del proyecto “De la tierra al sol. Historia de los paisajes del Guadiamar”. En la excavación han participado 5 técnicos arqueólogos, 5 alumnos del máster en Arqueología de las Universidades de Sevilla y Granada, 8 alumnos de la Universidad de Sevilla y 2 alumnas de las universidades de Montpellier (Francia) y Sassari (Italia).

El yacimiento de Lagunillas se extiende por una amplia superficie de unas 20 hectáreas y fue objeto de prospecciones geofísicas y pedestres en 2008 y 2009 realizadas por las universidades de Southampton y Sevilla. El uso de estas técnicas no invasivas permitió detectar concentraciones de numerosas estructuras de muros y de manchas que se interpretan como fosas de búsqueda de materiales constructivos, silos, hornos, etc. El estudio de los materiales recogidos en superficie y su distribución en el plano desvelaba una actividad desde el siglo I hasta el siglo IX. Por sus dimensiones, debe tratarse de un núcleo de población de cierta importancia aunque sin rango de ciudad romana. La cercanía al arroyo Ardachón y a tres pequeñas lagunas debió de ser una circunstancia determinante para explicar la elección del asentamiento y su continuidad ininterrumpida durante el alto imperio romano (ss. I-II), el bajo imperio romano (ss. III-IV), la denominada tardoantigüedad, que incluye el dominio visigodo (ss. V-VII) y la época del emirato islámico (ss. VIII-IX). Estas mismas características, de continuidad de un asentamiento rural entre el mundo antiguo y el medieval, han sido decisivas para su elección como yacimiento de mayor relevancia del entorno donde llevar a cabo exploraciones arqueológicas de mayor calado.

De las dos áreas de intervención, la primera, de 10 x 10 m., ha dado como resultado escasos restos de construcciones romanas, unas fosas y un pozo rellenos con materiales tardoantiguos y emirales, entre los que destaca un fragmento de cruz de piedra de tipología visigoda que nos indica la presencia cercana de una iglesia cristiana. La segunda área, de 30 x 20 m., ha sido muy rica en hallazgos, corroborando en todo caso los resultados de la geofísica. Se ha detectado una calle, elemento de especial importancia ya que articula el espacio urbano, y restos de edificaciones a ambos lados de la misma con una constante presencia de restos de actividad artesanal como fundición de vidrio, metalurgia y elementos relacionados con la agricultura y ganadería que caracterizarían a esta parte del asentamiento en época romana y tardoantigua. Durante la época emiral se ha detectado la ocupación y reforma de las construcciones anteriores y una actividad de búsqueda de materiales constructivos para su reutilización en nuevas edificaciones.

Las excavaciones han individualizado cuatro fases constructivas: la primera corresponde a los últimos años del siglo I y al II; la segunda se fecha a lo largo del siglo III y las primeras décadas del IV; la tercera se data desde mediados del siglo IV a fines del V o principios del VI; y la cuarta corresponde a los últimos tiempos de la tardoantigüedad (ss. VI y VII) y a los primeros de la presencia islámica (época paleoandalusí: ss. VIII y IX).

Todas ellas fueron es su día expoliadas de la mayor parte de sus elementos constructivos tras su crisis o abandono. En estos contextos han sido recogidos cerámicas, molinos, útiles de hueso y abundantes muestras para llevar a cabo análisis paleobiológicos, destacando los restos de fauna (mamíferos y aves), las cenizas procedentes de áreas de combustión, que nos permitirán conocer las especies botánicas consumidas, semillas y muestras de polen. También han sido recogidas escorias de vidrio y metálicas para el análisis de estas actividades.

La investigación sobre toda la información acumulada constituye la labor de los meses siguientes en distintos laboratorios especializados de las Universidades de Sevilla, Córdoba y Barcelona, integrados en el proyecto. Sus resultados proporcionarán cuantiosos detalles para la reconstrucción de los modos de vida de las poblaciones asentadas en el pasado en Lagunillas y de su relación con un entorno que fueron usando y modificando. En definitiva, iremos conociendo muchos de los componentes que articulaban los paisajes históricos del Guadiamar, objetivo último de este proyecto.

Fernando Amores Carredano
Enrique García Vargas
Universidad de Sevilla

Ver Sevilla, enriquecer la mirada

El encomiable dinamismo a que nos tiene acostumbrados la Fundación Focus-Abengoa en la oferta artísticocultural de su recinto del Hospital de los Venerables de Sevilla, propone ahora un nuevo giro.

Si el montaje expositivo Ver Sevilla –con el comisariado de Alfonso Pleguezuelo y Alberto Oliver y museografía de Gustavo Torner– desplegaba ya un recorrido gráfico a través de un centenar de estampas sobre la ciudad, desentrañando múltiples matices de su pasado bajo los prismas de cinco “miradas” transversales –la mirada del geógrafo, la del paseante, la mirada festiva, la del arqueólogo, la mirada romántica–, sugerente paseo al que se sumó, como hito espléndido, el lienzo de la Vista de Sevilla de mediados del XVII incorporado a la colección del Centro Velázquez, dicha exposición se presenta en estos días enriquecida con una instalación interactiva que supone una aportación sustancial tanto en el lenguaje como en los contenidos de la muestra.

Además de disfrutar de la fascinante secuencia de grabados, litografías y otras estampas pertenecientes a los fondos iconográficos de la Fundación, el espectador puede ir más allá y convertirse en partícipe activo mediante la consulta de una mesa multimedia con grandes pantallas táctiles de alta definición que le conducen y permiten sumergirse en dos extraordinarias imágenes de Sevilla en los tiempos de Diego Velázquez (1599-1660). En efecto, al toque de leves pulsaciones, el visitante hace surgir un amplio repertorio de visiones comparadas de dos de las representaciones más ricas y significativas de la capital hispalense durante su periodo de apogeo, realizadas respectivamente en los años de juventud y de la madurez del pintor.

La primera es una gran panorámica de Sevilla tomada desde Triana, una composición estampada en cuatro hojas excepcional por sus dimensiones –casi 2,30 metros de longitud–, nivel de detalle y vigor artístico. Fue grabada al aguafuerte por Simon Wynhoutsz. Frisius (ca. 1580-1628), estimado por sus contemporáneos como uno de los mejores aguafuertistas de entonces, e impresa por el prolífico editor Johannes Janssonius (1588-1664) en Amsterdam en 1617, precisamente el mismo año en que Velázquez se examinó como pintor y quedó facultado para ejercer su oficio y abrir taller. Un soberbio testimonio gráfico que refleja del modo más puntual, por tanto, la fisonomía de la ciudad que vivió el artista en su etapa sevillana y la poderosa imagen que se proyectaba de su urbe natal en esas fechas, resumida por el lema que campea por encima del caserío erizado de torres y monumentos, del río atestado de embarcaciones y del animado trajín de escenas y personajes: “Qvi non ha vista Sevillia non ha vista marravilla”.

La segunda representación que nutre las pantallas interactivas es la Vista de Sevilla al óleo antes mencionada, obra anónima que los especialistas datan hacia 1650-1660, atribuyéndola a un pintor de los Países Bajos. Con un encuadre similar al del grabado de 1617 que invita a las comparaciones, ofrece también un admirable paisaje de la ciudad, completo, detallado, potenciado sobremanera por su paleta cromática. Espejo de los tiempos en que Sevilla se volvía sobre sí misma aquejada por los efectos de una profunda crisis, cuando Velázquez, en Madrid, llegaba al ocaso de sus días, destila una atmósfera sensiblemente distinta, más reposada, cada vez más ajena al exuberante fulgor que irradiaba la metrópolis andaluza medio siglo antes.

Éstos son los dos polos que sustentan las recreaciones de la mesa multimedia en la versión renovada de la exposición Ver Sevilla, a partir de las imágenes digitalizadas del ejemplar del grabado panorámico de Sevilla de 1617 custodiado en el Museo Naval de Madrid y del cuadro del Centro Velázquez. Al activarse, se accede a un viaje virtual por sus entretelas, pudiéndose seleccionar fragmentos y detalles de ambas imágenes, que aparecen en pantalla en una visión comparativa y acompañados de sintéticos apuntes explicativos de texto, al hilo de tres líneas argumentales: “El teatro urbano”, es decir, el escenario físico, arquitectónico, de la ciudad; “Geografía humana”, el mosaico económico y social que la animaba; y una “Topografía de Velázquez”, un escogido itinerario de lugares y personajes asociados a la vida y obra del genio sevillano de la pintura. Una ventana, en suma, que sirviéndose de las tecnologías más avanzadas, se abre ante una época crucial para Sevilla y sitúa al espectador –parafraseando la expresión del crítico– “cara a cara con la historia”.

Fernando Olmedo

El poder de la imagen: retratos de la ciudad barroca

La Fundación Focus-Abengoa, en colaboración con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), organiza los días 22, 23, 24 y 25 de noviembre, la séptima edición de la Escuela de Barroco que, bajo el título El poder de la imagen, se celebrará en el Hospital de los Venerables, en Sevilla.

Como indica su título, la Escuela de este año abarcará el tema del retrato o vista urbana, un género artístico con raíces en la época clásica y medieval pero que floreció durante el barroco, una época en que imágenes urbanas de varios tipos ocupaban un lugar privilegiado dentro de la cultura visual. Se aparecían en forma de grandes compendios impresos, entre ellos el famoso Civitates orbis terrarum, obra que tenía sus origines en el siglo XVI. Otras, las “vistas de colgar”, fueran grabadas o pintadas, decoraban, a veces en gran cantidad, las paredes de los ayuntamientos, de los grandes palacios y casas particulares.

¿Cómo se explica el interés en esta clase de imágenes? ¿Cuáles eran sus destinos: uso privado y particular, o uso público? ¿Ofrecían tales imágenes un retrato verdadero, es decir, topográfico de la ciudad? ¿O más bien, una que era imaginada o aun manipulada a fin de comunicar unos mensajes específicos, sean político o espiritual? ¿Quiénes fueron las personas –arquitectos, artistas, agrimensores o geógrafos– que producían estas imágenes? ¿Con qué técnicas? ¿Y los clientes y consumidores de tales imágenes, quiénes fueron?

Tiene El poder de la imagen el propósito de explorar estas preguntas y muchas otras vinculadas al tema de las vistas urbanas de la época moderna. A lo largo de cuatro días, especialistas destacados en la historia urbana, la historia del arte y de la arquitectura, ahondarán este tema con referencia tanto con las representaciones de ciudades españolas de aquella época, como las de ciudades en otros países europeos, la América hispana, y el Oriente Medio también. Las representaciones de Sevilla que fueron realizadas a lo largo del siglo XVII recibirán atención particular, entre ellas la vista panorámica de la ciudad preparada por el artista holandés J. Janssonius Jansson, en el año de 1617, y el magnífico retrato de la ciudad que figura ahora en la colección de la Fundación Focus-Abengoa.

Como en años previos, la Escuela es de un carácter internacional. El Director es Richard L. Kagan, Arthur O. Lovejoy Professor of History en la Johns Hopkins University (Baltimore, EE. UU.), especialista reconocido en la historia española de la época moderna y cuyos libros incluyen obras tales como Ciudades del Siglo de Oro e Imágenes urbanas del mundo hispánico. Entre los otros participantes extranjeros se incluyen Sussan Babaie, de la Universidad de Munich; Boudewijn Bakker, del Archivo Municipal de Amsterdam; Jesús Escobar, de Northwestern University; Krista de Jonge, de la Universidad Católica de Lovaina; Óscar Mazín Gómez, del Colegio de México; y Lucía Nuti, de la Università di Pisa. Además, destacados ponentes españoles intervendrán en la escuela, entre otros, Fernando Marías (Universidad Autónoma de Madrid); Benito Navarrete, de la Universidad de Alcalá; el reconocido arquitecto sevillano Víctor Pérez Escolano, de la Universidad de Sevilla; y el historiador Fernando Olmedo Granados. La coordinadora de la Escuela será Bethany Aram, de la Universidad Pablo de Olavide. Para más información pueden consultar www.focus.abengoa.es o www.uimp.es

Richard L. Kagan
Johns Hopkins University

Música en los Venerables

Siguiendo la línea de programación musical que la Fundación Focus-Abengoa viene desarrollando hace diez y nueve años en el órgano que el prestigioso organero alemán Gerhard Grenzing construyera en 1991 para la Capilla del Hospital de los Venerables, sede social de la Fundación, preparamos este curso 2010-2011 los tres Ciclos habituales de conciertos (Conciertos Magistrales, de Promoción y Audiciones Didácticas) con unas motivaciones distintas, por estar orientados a públicos diferentes.

El ciclo de Conciertos Magistrales pretende traer a Sevilla, para disfrute de todos los melómanos y aficionados al órgano, a los más grandes organistas del mundo, que de ordinario desgranan a raudales su arte por ofrecerles las mejores condiciones técnicas y ambientales. Este año contaremos con reconocidos intérpretes de Alemania, Francia y Bélgica; y como siempre, con el grupo de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y el P. Ayarra, organista titular de la Fundación.

Las Audiciones Didácticas, abiertas a los alumnos de la Enseñanza Secundaria Obligatoria de los colegios e institutos de Sevilla y su provincia, es una aportación desinteresada que consideramos elemental para la formación musical de nuestros jóvenes; tanto por la importancia del órgano en la historia de la música occidental, como por la dificultad de escuchar hoy este tipo de instrumento en directo, y con una intencionalidad puramente didáctica. Ofrecemos estas Audiciones gratuitascon una periodicidad mensual durante el curso académico; y las vienen frecuentando de mil a mil quinientos alumnos por curso.

Los Conciertos de Promoción se celebran en noviembre. Ofrecemos así la oportunidad de darse a conocer a los jóvenes organistas que salen de nuestros Conservatorios Superiores Nacionales con las mejores calificaciones. La difusión por Radio Clásica (RNE) de sus interpretaciones supone un aliciente más para estos noveles intérpretes, que responden entusiasmados a nuestra invitación, conocedores del prestigio de nuestra tribuna organística. Procuramos que este Ciclo sea el colofón musical de la serie de conferencias programadas en ese mismo mes por la Escuela de Barroco de nuestra Fundación. Para ello intentamos que el tema de estudio de la Escuela inspire también de alguna manera la programación de nuestro Ciclo musical. Si este año la Escuela centra su estudio en El poder de la imagen, nuestro ciclo se centrará en las obras de aquellos grandes compositores europeos del Barroco que, con la excelencia de su arte, han potenciado la “imagen” musical de sus ciudades, regiones o países de origen: J. P. Sweelinck (Amsterdam); G. Gabrieli (Venecia); D. Buxtehude (Lübeck); G. Frescobaldi (Roma); F. Couperin (París); J. S. Bach (Leipzig); F. Correa de Arauxo (Sevilla);… Contaremos para este Ciclo con tres excelentes organistas españolas, con Premios de Fin de Estudios en sus respectivos Conservatorios: Mª Esther Ciudad (Zaragoza), Alize Mendizábal (San Sebastián) y Susana García Lastra (Sevilla), organista auxiliar de los Venerables.

Esperamos que la ilusión con que preparamos esta programación anual de conciertos se vea recompensada con una buena acogida por parte de los públicos a los que va destinada, y con la brillantez de todos los organistas invitados. Ofrecemos lo mejor y esperamos resultados equiparables a los de años anteriores. Nos sentiremos felices con ello.

José Enrique Ayarra
Organista titular de los Venerables

Restauración de fray Pedro de Oña de Zurbarán

La restauración del mercedario fray Pedro de Oña, de Zurbarán, confirma su pertenencia a la serie pintada para la Merced de Sevilla junto a los lienzos que conserva la Academia de San Fernando. Los añadidos en el ancho y alto de la tela alteraron su formato, que era como sus compañeros.

La restauración del mercedario fray Pedro de Oña, obispo de Gaeta, ha supuesto una verdadera sorpresa por la recuperación de las calidades especiales que son intrínsecas al mejor Zurbarán y que lo presentan como un consumado artífice en el arte de la representación de las telas. Los blancos característicos lucen en todo su esplendor gracias al trabajo del taller dirigido por Enrique Gutiérrez de Carrasquilla, que ha eliminado repintes de la obra, así como la oxidación de los barnices, y ha descubierto, tras la capa de suciedad, la maestría del Zurbarán de 1630, sin duda el periodo de máximo esplendor del artista.

Para comprobar la relevancia de la intervención basta con comparar esta obra con sus compañeros de serie, los mercedarios conservados en el museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, con los que por semejanza, carácter y medidas cercanas se puede relacionar este lienzo depositado por el Ayuntamiento en el Centro Velázquez. La pintura en cuestión fue descubierta en 1950 por el Marqués de Lozoya en el convento de monjas mercedarias de Sevilla, donde hay constancia de su presencia desde 1836. La noticia fue publicada por el periódico ABC el 22 de marzo de 1950 y fue adquirido por el Ayuntamiento de la ciudad al año siguiente. Diego Angulo dio noticia de esta aportación al catálogo de Zurbarán en una crónica en la revista científica Archivo Español de Arte ese mismo año. Es muy probable que la procedencia de esta pintura fuera la librería del convento de la Merced de Sevilla, donde se encontraban igualmente sus compañeros citados y entre los que se encuentran los teólogos y predicadores: fray Jerónimo Pérez, fray Francisco Zumel, fray Pedro Machado y fray Hernando de Santiago. Las medidas de estos mercedarios son 193 x 122 cm., que no son exactamente los 206’5 x 131 del fray Pedro de Oña al haber sufrido añadidos en su formato original. Existe otra obra de este carácter correspondiente al Venerable Jerónimo Miguel Carmelo que se conserva en la sacristía de la Iglesia de Santa Bárbara de Madrid, pero de medidas también diferentes 211 x 124 cm., lo que puede hacer pensar en varias series hechas de forma autógrafa por el propio Zurbarán y para el mismo conjunto. En todos estos mercedarios se advierte una pulcritud extrema en la pincelada y en el juego de plegados, haciendo crujir sus telas de forma única y extraordinaria, jugando con el efecto de trampantojo y concibiendo la figura de los protagonistas como verdaderos santos-estatua, utilizando la denominación que les dio Julián Gállego a este tipo de frailes zurbaranescos en los que lo monumental y la gravedad están presentes. Son figuras de porte escultural que intentan incidir en la visión intelectual de sus protagonistas como modelos de virtud, ensalzando así a la orden, y como ha estudiado Odile Delenda, con fuertes intenciones didácticas.

En el caso de fray Pedro de Oña, natural de Burgos, religioso de la orden de Nuestra Señora de la Merced, fue catedrático de Vísperas en la Universidad de Santiago, electo obispo en 1601, se consagró en su convento de Valladolid y antes de pasar a su iglesia fue promovido obispo de Gaeta en el reino de Nápoles en 1604. La restauración de la pintura ha permitido percibir la soberbia calidad del libro que porta en una de sus manos y que deja reposar en el bufete que queda cubierto con una tela verdosa de asombrosas calidades táctiles, aspecto que también se percibe en el cordón de seda de donde cuelga la cruz que lleva el mercedario. Fue José Fernández López quien en su tesis doctoral vinculó esta obra y la conservada en la iglesia madrileña de Santa Bárbara como integrantes de un mismo programa iconográfico, el de doctores mercedarios o personalidades de la orden de la merced del citado convento sevillano. La diferencia en las medidas en el caso del fray Pedro de Oña ha podido confirmarse que fue por los añadidos de su formato, entre 5 y 7 centímetros en los laterales derecho e izquierdo y en el borde superior e inferior. Esta circunstancia contribuye a sustentar la tesis de que la pintura formara serie con los otros lienzos dentro del mismo conjunto.

Benito Navarrete Prieto Asesor
Científico del “Centro Velázquez”

Noticias

  • Firma del Convenio entre la Fundación Focus-Abengoa y Andex La Fundación Focus-Abengoa ha firmado un convenio de colaboración con Andex, Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Andalucía. La Presidenta de Andex –María Luisa Guardiola– y la Directora general de la Fundación Focus-Abengoa –Anabel Morillo– firmaron el pasado día 22 de septiembre un acuerdo para colaborar en el futuro proyecto inmediato que va a acometer la Asociación de Padres de Niños con Cáncer.
  • Finalización de plazos de solicitudes para los Premios. Premios Fin de Estudios y Ayuda de Investigación. La Fundación Focus-Abengoa les comunica que el plazo de presentación de solicitudes finaliza el próximo 15 de octubre. Dichas solicitudes se dirigirán al Patronato de la Fundación Focus-Abengoa, con domicilio en Plaza de los Venerables, 8, 41004 Sevilla (España). Premio a la mejor Tesis Doctoral sobre un Tema Sevillano. La Fundación Focus-Abengoa comunica que el plazo de presentación de las tesis finaliza el 15 de octubre del presente año. Las solicitudes se dirigirán al Patronato de la Fundación Focus-Abengoa, con domicilio en Plaza de los Venerables, 8, 41004 Sevilla (España).
  • Visitas educativas y talleres infantiles. Comienzan las visitas educativas al Centro Velázquez, al Hospital de los Venerables y a la exposición temporal Ver Sevilla. Cinco miradas a través de cien estampas. Dirigidas a centros escolares, adultos y grupos en general, estas visitas cuentan con un contenido artístico-pedagógico a las que este año se une un taller de actividades para niños. Para más información, puede contactar con la Fundación en el teléfono 954 56 26 96 y en el correo electrónico educacion@abengoa.com