La muestra- enmarcada dentro del Año Murillo, que está organizando el Ayuntamiento de Sevilla- cuenta con la colaboración especial del Museo del Prado, que cede cinco obras singulares de las 19 pinturas que se expondrán de los dos grandes maestros, y está comisariada por Gabriele Finaldi, director de la National Gallery de Londres
Los préstamos de grandes museos internacionales y colecciones privadas (Louvre, National Gallery, Meadows, Kunsthistorisches, The Frick Collection, Wellington Collection, Dulwich Picture, Nelson-Atkins, Museo de Orleans y el Fondo Cultural Villar-Mir), harán posible una innovadora reflexión sobre la relación y afinidades de dos genios de la pintura universal
La Fundación Focus, organizadora de la exposición que inicia el Año Murillo, conmemora con ella el 25 aniversario de la instalación de su sede en el Hospital de los Venerables
Sevilla, 16 de septiembre de 2016. La Fundación Focus, con motivo de su 25 aniversario en el Hospital de los Venerables (1991-2016), ha dado a conocer en el Hospital de la Caridad de Sevilla el proyecto expositivo Velázquez. Murillo. Sevilla, que comenzó a organizarse en 2014, bajo la dirección de Anabel Morillo, directora general de la Fundación, y de su equipo. Cuenta con la colaboración especial del Ayuntamiento de Sevilla, organizador del Año Murillo, y también del Museo del Prado y será la primera gran exposición del IV Centenario del nacimiento de Murillo. Gabriele Finaldi, director de la National Gallery de Londres, y comisario de este proyecto propone, a través de las 19 obras seleccionadas, una nueva reflexión sobre la relación- ideal más que directa- entre los dos maestros con una serie de cruces y poniendo especial énfasis en los puntos de encuentro propiciados por Sevilla, una ciudad cosmopolita, culta y devota en la que la pintura era seña de identidad y motivo de orgullo cívico, pero que también subrayará las diferencias entre ellos: Velázquez se marchó a la Corte en busca de reconocimiento mientras que Murillo se integró en el entramado cívico y religioso de Sevilla; Velázquez pintó príncipes y dioses y Murillo se concentró más en vírgenes y santos, entre otras.
La exposición, que abrirá sus puertas el 8 de noviembre y permanecerá abierta hasta el 28 de febrero de 2017, supone en opinión de la directora de la Fundación Focus, Anabel Morillo la culminación de una línea rigurosa y que ha tenido al Barroco como centro de su actividad (artes plásticas, música, seminarios, biblioteca y gabinete de estampas), que está muy enraizada en la vida cultural de Sevilla y de Andalucía. La Fundación ha sabido diversificar la mirada y tender puentes con otros enfoques, atendiendo a las manifestaciones presentes y a otras culturas lejanas y también contemporáneas. Y añadió que este nuevo hito expositivo dentro del Año Murillo ha sido posible por el apoyo del alcalde de Sevilla y de las instituciones andaluzas, la generosidad del Museo del Prado y de otros museos internacionales, que están reconociendo la trayectoria sostenida de la Fundación Focus en la organización de grandes exposiciones.
El comisario de la muestra y director de la National Gallery de Londres, Gabriele Finaldi, plantea una mirada innovadora sobre las relaciones y afinidades de Diego Velázquez (1599-1660) y Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682), dos pintores formados con una generación de diferencia en Sevilla, una ciudad que exportaba pintura y pintores y que llegó a influir en el desarrollo del arte en España y fuera de nuestras fronteras, tanto durante el Barroco como en siglos posteriores. No se ha podido comprobar documentalmente que los dos pintores se conocieran personalmente porque solo se sabe con certeza que Murillo viajó a Madrid en 1658 cuando ambos artistas eran ya muy conocidos y quizás Murillo se interesó por los más de veinte cuadros que pintó Velázquez antes de viajar a Madrid, aunque la mayor parte de los historiadores del arte creen que el autor de las Meninas tuvo una influencia limitada en Murillo.
El reencuentro en Sevilla de dos maestros de la pintura
En la selección de 19 pinturas que compondrán la exposición, nueve de Velázquez, fechadas entre 1617 y 1656, y las diez de Murillo, datadas entre 1645 y 1680, los visitantes podrán admirar una luminosa inteligencia pictórica, un gran virtuosismo técnico, una natural habilidad de llegar a lo esencial de la experiencia humana y de comunicar/se con el espectador de una manera directa. A través de una serie de parejas y tríos de obras soberbias se verán las nuevas iconografías de devoción, o innovadoras formas de fijar la vida cotidiana y la intimidad familiar, desarrolladas por Velázquez y Murillo.
En el recorrido previsto se podrá observar el lenguaje directo que Velázquez y Murillo utilizaban para representar a las dos patronas de la ciudad: Santa Justa y Santa Rufina, procedentes del Meadows de Dallas- que no se habían visto nunca en Sevilla-, ambas de Murillo, y la Santa Rufina de Velázquez de Focus; la innovación de Velázquez en la Inmaculada de la National Gallery de Londres en diálogo con la de la Fundación Focus, que será la primera vez que se vean juntas en España, y además la Inmaculada de Murillo, del Museo Nelson Atkins de Kansas City, una composición que es la primera vez que se exhibe en España; la Infanta Margarita de blanco del Kunsthistorishes de Viena, de Velázquez, que se expone en una relación ideal con La Educación de la Virgen de Murillo como si ésta fuera una escena cortesana donde la virgen niña semeja una pequeña infanta; y el modo original de representar la intimidad del hogar en dos obras del Museo del Prado, Adoración de los Magos, de Velázquez, y la Sagrada Familia del pajarito, de Murillo, ambas restauradas para esta exposición.
Además de estos ejemplos se mostrará el enraizamiento en la pintura popular sevillana de Niño espulgándose y Tres muchachos, ambos de Murillo y procedentes del Louvre y la Dulwich Picture Gallery, junto a Dos jóvenes en la mesa de Velázquez, de la Wellington Collection; la intensidad emocional del San Pedro Penitente de Velázquez, del Fondo Cultural Villar Mir con el de Murillo de la Fundación Focus, que se adquirió a un coleccionista privado del Reino Unido y que fue restaurado en el Museo del Prado, presentándose en Madrid y Sevilla, volviendo al lugar que ocupaba en el Hospital de los Venerables; el marcado naturalismo de Velázquez en Santo Tomás, del Museo de Orleans, que influyó en el de Murillo como se puede ver en el Santiago Apóstol de Murillo, propiedad del Prado; el porte digno, casi aristocrático, en el temprano Autorretrato de Velázquez (1623) y el Autorretrato de Murillo (1650-1655) recientemente adquirido por la Frick Collection de Nueva York.
Con motivo de la exposición se editará un catálogo que incluirá un ensayo de Gabriele Finaldi, comisario de la muestra; un texto de Anabel Morillo, directora general de la Fundación Focus sobre los ejes temáticos y estratégicos de su prorgrama de exposiciones; otro sobre sobre las relaciones artísticas entre Sevilla y la corte madrileña de Javier Portús, jefe de Conservación de Pintura española del Museo del Prado; y un estudio sobre la formación, los soportes, la técnica y el uso del color de ambos maestros, a cargo de María Álvarez-Garcillán y Jaime García-Maiquez, ambos del Museo del Prado.