La Biblioteca del Barroco cuenta con un selecto fondo antiguo -cerca de 400 títulos- de libros y documentos datados entre los siglos XV y XIX (hasta 1830 en el caso de los impresos, fechados entre 1588 y 1902 los manuscritos).
Entre los impresos destaca el incunable “De Summo Bono” –obra de San Isidoro editada en 1499– o las distintas historias de Sevilla firmadas por cronistas como Alonso Morgado (1587), Pablo Espinosa (1627-1630), Rodrigo Caro (1634), o Diego Ortiz de Zúñiga (1796). La colección dispone además de varios libros manuscritos de muy cuidada factura y diversa temática, desde una copia de los Repartimientos de Sevilla sacada de la mano de Esteban de Garibay y Juan Argote de Molina (1588), hasta relaciones de bienes de algunas capillas de la Catedral hispalense; volúmenes iluminados conteniendo las reglas y ordenanzas de ciertas cofradías y congregaciones religiosas; libros-protocolo de parroquias y hospitales -como el de San Bernardo (1707)- o historias y noticias de otras localidades como Estepa y Aracena.
Los fondos documentales se vinculan casi en su totalidad con la ciudad de Sevilla y alrededores en diferentes ámbitos y momentos históricos. Sobresalen los inventarios practicados a raíz de la quiebra de la casa de Osuna (h. 1897); el conjunto de documentos relativos a la Junta Suprema Central y la Guerra de la Independencia (1808-1814); los papeles de carácter municipal (ventas de juros, títulos de propiedad inmobiliaria, padrones, bandos, edictos, etcétera) o aquellos concernientes a la situación de algunas parroquias hispalenses, destacando por su abundancia los de Santa Ana.
La colección incluye, asimismo, parte del archivo personal del ebanista y escritor Francisco Farfán Ramos (1869-1935), compuesto por aproximadamente veinte legajos manuscritos con noticias sobre la Semana Santa durante la invasión francesa o datos diversos sobre cofradías y hermandades, entre otros. Las notas de Farfán cuentan además con curiosos “lapidarios”, esto es, relaciones de los epitafios, inscripciones o epígrafes presentes en enterramientos de la Catedral y otras iglesias, algunos ya desaparecidos y recuperados por el erudito a través de referencias bibliográficas y documentales.
Por último, hay que considerar también el fondo antiguo del Legado Alfonso E. Pérez Sánchez donde se encuentran obras tan singulares como la primera edición del libro del jesuita Luis del Alcázar Vestigatio arcani sensu Apocalypsi (Amberes, 1614), o el Bavaria Sancta de Radero publicada en 1615 y con ilustraciones grabadas por Wierix. Estos libros antiguos, que sirvieron de inspiración a diferentes artistas del barroco para sus propias creaciones, se completan con otros de carácter biográfico que incluyen grabados de excepcional calidad e importancia como el libro de las honras fúnebres de Felipe IV de Pedro Rodríguez de Monforte, llevado a la imprenta en 1666. Este fondo cuenta también con influyentes tratados de arquitectura como el de Giacomo Vignola (ed. 1682), Sebastiano Serlio (1544), la Arquitectura Oblicua de Juan Caramuel (1678) y el Arte y uso de la Arquitectura de Fray Lorenzo de San Nicolás (4º ed. 1796), además de otros tratados artísticos que van desde el siglo XVI al XIX. Especialmente singular es un Libro Morisco del S. XV-XVI con escritura aljamiada incluyendo miniaturas y encuadernación en cuero gofrado que constituye el libro más antiguo y raro de este fondo.