Bartolomé E. Murillo
(Sevilla, 1617 – 1682)
Biografía del artista
San Pedro penitente de los Venerables, h. 1675
Óleo sobre lienzo
Fundación Fondo de Cultura de Sevilla
En un paisaje difuso que muestra las primeras luces del alba, San Pedro pena por haber negado a Cristo, sentado ante una gruta, con un brazo acodado en una gruesa roca, las manos apretadas y la mirada alzada al cielo en gesto de contrición y súplica. La pintura es sin duda una de las obras maestras del periodo de madurez de Murillo y fue realizada seguramente por encargo del canónigo de la Catedral de Sevilla Justino de Neve, amigo y protector del artista, que en su testamento (1685) decidió legarla al Hospital de los Venerables, hoy sede de la Fundación Focus. Contrariamente a su deseo, el lienzo no fue colocado en la enfermería sino en un altar a los pies de la iglesia, donde aún hoy puede verse su marco original en madera calada y dorada, encastrado en un retablo que muestra las llaves y la tiara papales entrelazadas con dos palmas de martirio.
El tema de San Pedro penitente o en lágrimas fue ampliamente difundido en la pintura española del siglo de Oro, pues dentro del ambiente de la contrarreforma católica resultaba muy adecuado para transmitir la idea del arrepentimiento, la confesión y la penitencia que devuelven el alma caída al estado de gracia. Murillo lo había representado con anterioridad en otro lienzo conservado en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, donde evidencia el tono de intenso naturalismo característico de una etapa todavía relativamente temprana de su producción.
A pesar de su datación tardía, esta obra muestra aún el apego a esos modos naturalistas, probando que el artista nunca abandonó recursos técnicos propios de juventud si el tema en particular podía prestarse a ello. Por ello el lienzo engarza perfectamente con el discurso expositivo y las obras presentes en el Centro Velázquez. Así, en la elección de la composición Murillo refleja la influencia de Ribera, pues ha seguido una estampa del valenciano fechada en 1621 que probablemente llegó a conocer directamente y que transforma en tono más amable, evitando los contrastes dramáticos. Con el proceso creativo de esta obra también se ha puesto en relación un dibujo de indudable calidad conservado en el British Museum de Londres, que muestra algunas variantes en la disposición de la figura de San Pedro o la inclusión del gallo, y que podría haber servido como paso intermedio entre la estampa y la versión definitiva.
En 1810, durante la invasión napoleónica, el lienzo fue expoliado y trasladado a París, pasando algún tiempo en la colección del Mariscal Soult. Tras su muerte en 1851 fue vendido y enviado al Reino Unido donde ha permanecido durante más de ciento cincuenta años oculto a la vista pública, tan sólo conocido mediante una fotografía publicada por Diego Angulo en los años setenta del pasado siglo. Nuevamente localizado por Gabriele Finaldi en 2011 pudo verse en la exposición Murillo y Justino de Neve, el arte de la amistad, organizada por el Museo del Prado, la Fundación Focus y la Dulwich Picture Gallery; y en una acción de recuperación patrimonial fue adquirido en 2014 por Abengoa, y cedido en depósito a su Fundación con el fin de integrarlo en su colección permanente del Centro Velázquez, muy cerca de la iglesia de los Venerables en cuyas paredes colgaba. Previamente a su exhibición pública ha sido sometido a un estudio técnico y restauración en el Museo Nacional del Prado, que ha logrado recuperar sus valores cromáticos y trasparencias originales y dar nueva luz a su pincelada versátil: densa y compacta en el rostro y en las telas, y fluida y suelta en la superficie del paisaje que se abre en profundidad. De esta forma, se culmina la restitución histórica de un tesoro del patrimonio sevillano al contexto cultural al que fue originariamente destinado.